8. Una medicina familiar y comunitaria no limitada a la salud directa de las personas sino también integral e integrada a las características del entorno, imbricada con las comunidades donde trabajan estos profesionales y con una notable influencia en los estilos de vida, la atención del ambiente y los componentes intersectoriales, incorporando los programas de promoción y prevención como parte consustancial y fundamental del quehacer diario de los médicos familiares y comunitarios.
10. Que la continuidad y longitudinalidad asistencial sea un objetivo esencial de las políticas de coordinación y comunicación entre y en los niveles de atención, de manera tal, que el ciudadano no perciba solución de continuidad en sus cuidados y tratamiento. También, las Redes de Servicios de Salud deberán ser relevantes para rentabilizar al máximo las actuaciones de salud, la coordinación con los programas de salud colectiva y los programas de lucha contra la pobreza.
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